Hay nuevos estudios que demuestran que el ejercicio es un gran protector del riñón. Hasta ahora hemos demostrado muchos beneficios del ejercicio en la salud, pero ha sido difícil demostrar sus efectos saludables sobre la parte renal.
¿Por qué es importante proteger el riñón?
Los riñones son órganos encargados de múltiples funciones, entre ellas de filtrar toda la sangre, así como de controlar la tensión arterial de todo el cuerpo. Su deterioro progresivo que lleva a una alteración de su funcionamiento, llamado enfermedad renal crónica, es uno de los males del siglo XXI, siendo una de las principales causas de muerte luego de los 40 años. Afecta hasta tres de cada 10 personas mayores de 50 años, siendo tan común que absorbe gran parte del presupuesto de salud en la mayoría de los países.
El daño del riñón va mucho más allá de la afección de éste órgano, ya que cuando estos empiezan a manifestar un daño, es porque otras estructuras ya tienen una alteración crónica muy seria y un daño casi irreversible, como es el caso de las arterias o el corazón.
¿Cuál es la mejor forma de protegerlo?
Sin duda alguna los estudios demuestran que, las personas con hábitos saludables como la alimentación indicada, sin exceso de proteínas y sustancias inflamatorias como la de la carne, o sal procedente de alimentos procesados, son una excelente estrategia. Sin embargo, el ejercicio sospechábamos que era una gran herramienta, pero hasta hace poco hay datos científicos concretos que respaldan esta idea.
¿Cuánta protección da el ejercicio para el riñón?
Un gran estudio reciente, observó a más de 200.000 personas durante casi 20 años, evaluando la función del riñón durante este tiempo y qué tanta actividad física diaria hacían. El resultado fue bueno, demostrando que más de 200 minutos semanales de ejercicio puede disminuir el deterioro del riñón con los años, logrando que el daño se disminuya a prácticamente 1 o 2 de los 3 que mencionamos previamente.
Entonces, el deterioro de los riñones puede disminuir o avanzar de forma más lenta, si logramos una alta actividad física semanal, constante. Ya no tendremos solo la alimentación como herramienta protectora, sino también este magnífico medicamento que es el ejercicio.
Referencias
- Habitual physical activity, renal function and chronic kidney disease: a cohort study of nearly 200 000 adults. Br J Sports Med. 2020 Jan 22
- Global Prevalence of Chronic Kidney Disease – A Systematic Review and Meta-Analysis. PLoS One. 2016;11(7):e0158765. Published 2016 Jul 6
- Sedaghat S, Mattace-Raso FU, Hoorn EJ, et al. Arterial Stiffness and Decline in Kidney Function. Clin J Am Soc Nephrol. 2015;10(12):2190–2197
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