Aprovechar el tiempo en casa debe incluir la preparación de alimentos que aporten a la salud y sean fáciles de mantener diariamente como hábito. Por este tiempo es fundamental tener una alimentación lo más “saludable” posible para mejorar desde lo físico hasta lo emocional. 

Aquí van unas recomendaciones basadas en lo que NO debería faltarte a diario. Éstas son sugerencias prácticas y útiles para aplicar diariamente ahora que estás en casa y diariamente debes preparar algo para ti y compartir con tu familia o las personas que vivas. 

Granos integrales: Al menos una porción diaria que corresponde a 1 tasa aproximadamente, idealmente 2 porciones diarias. Ejemplos: avena entera, lentejas, fríjoles, garbanzos, quinoa, pasta integral, maíz

Frutas: Cualquier fruta desde que sea entera y comida, más no licuada. En lo posible debes lograr al menos 5 porciones de frutas al día.

Vegetales de hoja verde: En lo posible de color verde lo más oscuro posible, como la espinaca, rúcula, col rizada. Una porción equivale aproximadamente a 1 tasa. Al menos una o dos porciones al día

Crucíferos: son vegetales que su forma simula un árbol, por ejemplo el brócoli, coliflor, col de bruselas. La porción es de aproximadamente 1 pocillo.  Al menos una porción al día.

Grasas vegetales: Son de gran calidad. Usualmente encontradas en semillas o frutos secos, como chía, linaza, almendras, y en menor cantidad marañones y otros. Otra gran fuente de grasa vegetal sería el aguacate. Deberías tener al menos 2 “dosis” diarias de cualquiera de estos alimentos. 

Bebidas: Sin lugar a la duda debes usar siempre agua o bebidas provenientes de vegetales (no azucaradas) con beneficios sobre la salud, tales como el café, té verde u otros. En general entre 3 y 5 pocillos (de 125ml, es decir pequeños o “tinteros”) al día. Sugerimos que para variar uses el extracto de una fruta en un vaso de agua para darle sabor, por ejemplo exprimir uno o dos limones sobre un vaso de agua, o una naranja, o una mandarina. 

Recuerda que tan importante como lo que comes, es de qué forma lo preparas. Por eso intenta que la mayoría de tus preparaciones  siempre estén precedidas de un excelente lavado de los alimentos (te recomendamos leer nuestro artículo sobre lavado de frutas y verduras), y como métodos de preparación que vayan desde lo crudo hasta la cocción al vapor o en agua. Intenta que los métodos como freír o asar, se realicen solo en un número pequeño del total de tus alimentos diarios. 

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